Volvió a aparecer Angelito Cappa en TyC. ¿De qué pudo haber hablado? ¿De su fracaso en Huracán, Gimnasia y River? ¿De cómo lo sacaron a patadas de todos lados? No, como buen llorón, habló otra vez de cómo Brazenas le "robó descaradamente" el campeonato Clausura 2009. ¡Pero qué llorón es este tipo, por favor! Que se dedique al tango, la puta madre, porque en el fútbol está destinado al fracaso.
¿Quién es ese viejo choto?
Pero, vamos a situarnos, para que le quede claro a este pobre tipo. Porque el viejo, siempre que puede habla de cómo le robaron, pero como buen filósofo trucho nunca habla de cosas concretas, de hechos fácticos, de lo que pasó; habla de cosas así muy etéreas, generales, abstractas. Igual que los filósofos alemanes hablaban de la "universalidad", el "hombre", la "nada", y no sé qué más; Cappa habla de que "le quitaron la ilusión a los hinchas", "no pudieron hacer que parezca un accidente", o la mejor de todas sus frases, "tengo mucha información de que le robaron a Huracán".
La cosa es así: Cappa es un tipo que siempre gozó de la fama de ser un tipo lírico, sabio, que desarrolló una filosofía pedorra sobre el menottismo en el fútbol y toda la pelota, en definitiva, un tipo de esos que "se disfruta" escucharlos hablar. Pero cuando había que poner en práctica lo que sabía de la pelota dirigiendo un equipo, siempre hizo agua. Sí, hizo un par de buenas campañas. Un par. Con Racing, que lo sacó tercero en Apertura 1998 y que en su segundo paso en el Apertura 2003 fue un fiasco y se tuvo que ir corriendo; y con Huracán, que igualmente lo dejó con un anteúltimo puesto y un promedio de mierda, arruinando la campaña brillante que hizo en el Clausura 2009. También hizo ascender a Banfield en 1986, sin salir campeón, obviamente. Todos los demás trabajos en el fútbol argentino fueron un fracaso total, coronandose en los últimos tiempos como el único técnico capaz de dejar a los tres últimos equipos que dirigió en forma consecutiva al borde del descenso (y que finalmente no pudieron remotar semejante mamarracho que les dejó, y descendieron).
¿Qué pasó en el Clausura 2009?
Pero vayamos al año 2009, cuando Cappa apareció para dirigir a Huracán. Huracán estaba peleando por no descender, fiel a su costumbre. Un detalle nomás, que yo noté antes de que el tipo asumiera, en el año 2008: Vélez jugó la última fecha del Apertura con el Globo, que le ganó por 3 a 0 con actuaciones descollantes de esos pibes que después iban a descollar de todas maneras con Cappa. Hablo de DeFederico, de Pastore. Yo ya los tenía junados, y me dije a mí mismo "eh, guarda con Huracán, que estos pibes juegan bien". O sea, Huracán no es que era Deportivo Merlo antes de Angelito, tenía una linda base, no es que hizo magia.
Pero vayamos al año 2009, cuando Cappa apareció para dirigir a Huracán. Huracán estaba peleando por no descender, fiel a su costumbre. Un detalle nomás, que yo noté antes de que el tipo asumiera, en el año 2008: Vélez jugó la última fecha del Apertura con el Globo, que le ganó por 3 a 0 con actuaciones descollantes de esos pibes que después iban a descollar de todas maneras con Cappa. Hablo de DeFederico, de Pastore. Yo ya los tenía junados, y me dije a mí mismo "eh, guarda con Huracán, que estos pibes juegan bien". O sea, Huracán no es que era Deportivo Merlo antes de Angelito, tenía una linda base, no es que hizo magia.
Como decía, llegó Cappa, y armó un equipo que pasó desapercibido para la prensa hasta mitad de torneo, cuando se sumó a la pelea por el título junto con Vélez y Lanús. Hasta entonces era un equipo irregular, pero que jugaba lindo (hasta ahí nomás, por algo era irregular). Creo que el quiebre de Huracán ese torneo fue el partido con Godoy Cruz, otro equipo que intentaba jugar bien, y salió un partidazo que ganó el Globo por 3 a 2. Hasta entonces, nadie había notado al equipo de Parque Patricios, y recién ahí el viejo empezó a hacerse la estrella. Ahí todos dijeron "ahh, cierto que este equipo le ganó 4 a 1 a Racing", "ahh, cierto que le ganó 3 a 0 a Lanús", olvidandose que ese mismo equipo a la fecha 12 ya había pérdido 4 partidos y había empatado otros tantos. Pero bueno, la prensa comenzó a darle al inflador y Cappa que le daba con todo al autobombo.
Por esas cosas de la vida, la fecha 19 nos traía la definición del campeonato entre Vélez y Huracán, que jugaban en Liniers. El Globo aventajaba al Fortín por 1 punto, con lo que con el empate salían campeones. Y comenzó la más grande campaña ideológica de la historia. Huracán se convirtió en el último bastión del buen fútbol en el universo, el fútbol del potrero, del barrio, de la pelota de trapo. Enfrente tenía todos los demás equipos, que eran todos bilardistas, picapiedras, antifútbol. ¿Vélez? A nadie le importaba si Vélez jugaba bien o mal, por el sólo hecho de no tener el tiki-tiki de Cappa, era el antifútbol. A nadie le importaba si Vélez había demostrado ser el equipo más sólido del torneo, con una sola derrota en La Plata ante Gimnasia, con la valla menos vencida, con un Maxi Moralez en gran nivel y con un Rodrigo López entre los goleadores del campeonato. Vélez era Bilardo. Huracán era un pueblo (bah, un barrio) que creció escuchando las historias del Huracán de Menotti, de Housemann, de Brindisi, ese Globo en blanco y negro en el año del orto que fue considerado el mejor campeón de la historia; y que ahora la historia se veía encarnada en los "angelitos" de Cappa, para ilusión de los pibes quemeros que vivieron más de treinta años de fracasos, descensos, pérdida de popularidad, de prestigio, de convertirse en un equipo de mierda. Fijense cuántas boludeces se decían. Huracán ya era campeón antes de jugar.
Por otro lado, Vélez, como decíamos, un equipo más que sólido, con un nivel parejo en todos los partidos, que superó las más difíciles, como ir perdiendo 2 a 0 en Santa Fe con Colón y darlo vuelta 4 a 2; como ir perdiendo 2 a 0 con el Racing de Caruso Lombardi (el mejor Racing de los últimos años, sin dudas) de local y empatarlo 2 a 2 y hasta casi ganarlo sobre la hora; como empatarle a Lanús en el Sur con uno menos por una expulsión injusta de Cubero, dejándolo afuera de la pelea. Como historia secundaria, al margen, estaba la del Tigre Gareca, que volvió como técnico y que le tocaba definir con el Huracán que nos cagó el Metropolitano del 1971, nuestro segundo título en la historia, espina que nos quedó clavada durante 25 años. El Tigre estaba esa vez en la cancha con su viejo, que había fallecido hacía poquito. Pero como digo, todo esto no importaba, el humo que vendía Cappa lo tapaba todo.
El desarrollo del partido
El Amalfitani hasta los huevos, y empieza el partido. Un hecho que me llamó la atención a mí, que estaba en la cancha y dije "qué flor de partido que voy a ver hoy...". Y claro, mi equipo con posibilidades de ser campeón, y Huracán que venía jugando muy bien. "Mínimo cuatro goles va a haber" me dije. Qué pelotudo, me olvidé que Cappa estaba en el banco. Y como este viejo es un cagón, el día que tenía demostrar de verdad, la mejor oportunidad que tenía en su vida de mostrar cómo se juga a la pelota frente al antifútbol, y salir campeón y quedar en la historia, mandó a la cancha un equipo que jugó para atrás, que no mostró nada, y que no pegó tres pases seguidos. Salvo algún que otro momento, a Huracán le costó pasar la mitad de la cancha. Pastore y DeFederico no aparecieron, el único que jugó bien fue Bolatti, que después del partido reconoció que habían perdido bien (por algo será que a prensa no le pone un micrófono a cada rato para que hable de cómo le robaron el título, a diferencia de sus compañeritos DeFederico o Patricio Toranzo).
El Amalfitani hasta los huevos, y empieza el partido. Un hecho que me llamó la atención a mí, que estaba en la cancha y dije "qué flor de partido que voy a ver hoy...". Y claro, mi equipo con posibilidades de ser campeón, y Huracán que venía jugando muy bien. "Mínimo cuatro goles va a haber" me dije. Qué pelotudo, me olvidé que Cappa estaba en el banco. Y como este viejo es un cagón, el día que tenía demostrar de verdad, la mejor oportunidad que tenía en su vida de mostrar cómo se juga a la pelota frente al antifútbol, y salir campeón y quedar en la historia, mandó a la cancha un equipo que jugó para atrás, que no mostró nada, y que no pegó tres pases seguidos. Salvo algún que otro momento, a Huracán le costó pasar la mitad de la cancha. Pastore y DeFederico no aparecieron, el único que jugó bien fue Bolatti, que después del partido reconoció que habían perdido bien (por algo será que a prensa no le pone un micrófono a cada rato para que hable de cómo le robaron el título, a diferencia de sus compañeritos DeFederico o Patricio Toranzo).
A los 9 minutos el línea anula un gol legítimo de Eduardo Domínguez (ex Vélez) para Huracán. Esta fue un queja muy repetida por los quemeros. Cagada del línea, como suele haber en todos los partidos, debió haber sido gol de Huracán, les doy la derecha. Pero el tema es que la protesta, en el momento de la acción, no fue tan efusiva. Un reproche así, a lo lejos. Hemos visto muchas veces partidos definitorios, en donde por cosas más pelotudas o menos evidentes, los jugadores enseguida arman quilombo, corren todos a protestar, increpan al árbitro. En el momento se ve que no fue tan claro, son cosas que se ven después, por la tele.
Al rato penal para Vélez (bien cobrado), Monzón que lo ataja y dije "cagamos, ahora se van a envalentonar estos putos, no hicieron nada en todo el partido y ahora nos van a arrinconar". Otra vez, qué pelotudo, ¡si este era el equipo de Cappa! Los muchachos estaban contentos con el empate. ¿El tiki tiki? No, dejá, el tiki tiki lo ponen cuando están ganando dos a cero, como cuando lo bailaron al River más mediocre de la historia por 4 a 0 o en la fecha dieciocho al flojito Arsenal por 3 a 0. Así cualquiera juega lindo. En fin, el partido era parejo, feo, chato, con un Vélez que intentaba avanzar pero no le salía, y un Huracán que no tenía interés en ir a ganar.
En el segundo tiempo Vélez salió con un poco más de empuje, pero seguía sin ser claro. Huracán tuvo un par, un travesaño de Domínguez, una apiladita de Defederico. Pero el que tenía la pija parada era Vélez y no paraba de arremeter como podía. Huracán contaba los minutos para festejar el empate, como equipo de la B que es. A los 34' del ST falta asesina de Arano al Poroto Cubero, era penalazo para Vélez, pero fue justo frente al línea que no había cobrado el gol de Domínguez. El tipo, estoico, fiel a su actitud original, no cobró un carajo. Era penal para Vélez y expulsión al mala leche de Arano, pero yo en estos casos me resigno y digo "nah, ya nos cobraron un penal, no nos van a cobrar otro". El que sabe de fútbol, que lo ha jugado, lo ha visto, que ha ido a la cancha (en lugar de jugar a la Play al PES, en donde los arbitrajes son perfectos), sabe que los jueces son unos hijos de puta que se cuidan de cobrar más de un penal por partido al mismo equipo, que se dejan amedrentar por el apriete de jugadores históricos o jodidos, que si la pifiaron muy evidentemente en el PT en el ST hay que compensar para el otro. ¿Por qué creen que al terminar el PT siempre los jugadores van a increpar al referí? Porque saben que en el ST capaz compensa. Quejarse al final del partido es al pedo, algo que no sabe Cappa, que fue un jugador de mierda en un equipo ignoto como fue Olimpo de Bahía Blanca, que se dedicó más a leer que a jugar a la pelota. Este detalle del penal, a nadie le importó, porque el que se veía beneficiado era Vélez, que para la prensa enceguecida por el Cappismo más pedorro, era Bilardo, era el Catenaccio. Muchos afirmaban que era un choque de estilos, el lirismo de Parque Patricios y los ásperos de Villa Luro.
A siete minutos del final, pelotazo al área, Larrivey que choca con Monzón, que suelta la pelota haciendose el semimuerto y Moralez que agarra el rebote y la manda a guardar. El gol estaba por caer y cayó nomás, de forma polémica pero cayó. Brazenas se hizo el pelotudo y el línea otra vez debía compensar por no señalar el penal para Vélez hacía tres o cuatro minutos, también. En el gol pareciera haber falta, y si la hubieran cobrado nadie hubiera dicho nada, Huracán campeón, pero todos nos estaríamos acordando del penal no cobrado a Cubero y la expulsión a Arano y Vélez sería la víctima. El título de Huracán estaría manchado por ese detalle y porque salió a jugar una final como un equipo cagón. (Aunque el chamuyo de Cappa lo puede todo)
Además de remarcar la paja del árbitro y el línea, hay que destacar una cosa: un arquero de primera no puede soltar una pelota que tiene en las manos para hacerse el malherido a siete minutos del final, con un título en juego, dejando la bocha en los pies del adversario. Simplemente no puede. ¿Te fulearon? Seguí jugando, salvá tu arco, y después tirate al piso a hacer tiempo. Caso contrario, corrés el riesgo de que no cobren la falta y que te hagan un gol. Y eso pasó. Los arbitrajes son malos y puede pasar. Y Monzón es un pelotudo por no saberlo. Menos si la falta no fue tan agresiva, menos si el supuesto golpe fue en la pierna izquierda y el arquero se agarra la derecha, o sea, simulá bien boludo, vendele algo creíble al pueblo. De hecho, sus compañeros siguieron la jugada, corriendo a tapas el arco que el imbécil dejó libre. Se puede ver como Monzón después de la "falta" amaga a pararse para protestar pero prefiere quedarse en el piso de la vergüenza que le daba. Nuevamente, puede verse como en el momento la falta no fue tan clara: las cámaras enfocaban a Cappa, un tipo que tienen una letrina en la jeta y que suele protestar mucho los arbitrajes, totalmente serio, asombrado pero serio. No estalló de furia, no entró al campo de juego a las puteadas para exigir la falta, los jugadores de Huracán tampoco (protestaron, pero hasta ahí nomás).
Yo digo, ¿cómo se explica esto? La falta "más evidente del mundo", en palabras de Angelito, y en el momento el viejo choto se come el viaje, se queda callado. Después vino el papelón: cuando hubo que putear a un pibito alcanzapelotas, el tipo a los gritos bien adelante de la cámara, para que todos vean como se planta frente a las injusticias. "¡Cagones de mierda!" vociferaba. Está bien, el tipo está grande, y se olvidó de que su equipo estuvo con la cola entre las patas todo el partido, que hicieron tiempo. Y los jugadores de Huracán también: cuando tenían que ir a linchar al árbitro que les estaba "robando" el campeonato, nada; pero cuando ya estaba todo definido y corría el tiempo suplementario fueron a apurar a Larrivey y hacerse los guapos. Todo para las cámaras, para que no quede como que los tipos no pusieron huevo.
Las repercusione del doparti
¿Es que nadie notó esto? El planteo mezquino, el penal a Cubero, la expulsión a Arano, las escasas protestas de Cappa y compañía ante el gol de Larrivey. Pasa que el Globo se había convertido en un equipo simpático, era un equipucho de barrio, que supo tener una historia importante, que hoy no tiene recursos, está re quebrado, y encima hizo una buena campaña y jugaba lindo. Por otro lado, Vélez no es un equipo para nada simpático, ha crecido mucho y muy rápido, los equipos más chicos se sienten disminuidos y tiran mierda en vez de imitarnos (salvo Lanús, por ejemplo, que tomó como modelo a Vélez y consiguió salir campeón y hacer buenas campañas), y los equipos más grandes se sienten amenazados porque les respiramos la nuca en títulos, en prestigio, en cantidad de socios, en casi todo. Ni el Olé pudo disimular su resentimiento, dividiendo la tapa en dos. Así que no, Vélez no es simpático para la mayoría de la gente. Esa gente que no se dio cuenta que Huracán hizo todo mal, planteó mal el partido, jugó a lo cagón contradiciendo su "filosofía", y Vélez aprovechó el mal arbitraje que estaba perjudicando a ambos. Esa es la diferencia entre un equipo con actitud ganadora y un equipo de mierda que tuvo una racha de 8, 9 partidos buenos, cuyos hinchas se comen el verso de un filósofo estafador. Porque cuando había que demostrar hizo agua. Cuando había que protestar, hacer quilombo, estaba duro, quieto, llorando por dentro.
¿Es que nadie notó esto? El planteo mezquino, el penal a Cubero, la expulsión a Arano, las escasas protestas de Cappa y compañía ante el gol de Larrivey. Pasa que el Globo se había convertido en un equipo simpático, era un equipucho de barrio, que supo tener una historia importante, que hoy no tiene recursos, está re quebrado, y encima hizo una buena campaña y jugaba lindo. Por otro lado, Vélez no es un equipo para nada simpático, ha crecido mucho y muy rápido, los equipos más chicos se sienten disminuidos y tiran mierda en vez de imitarnos (salvo Lanús, por ejemplo, que tomó como modelo a Vélez y consiguió salir campeón y hacer buenas campañas), y los equipos más grandes se sienten amenazados porque les respiramos la nuca en títulos, en prestigio, en cantidad de socios, en casi todo. Ni el Olé pudo disimular su resentimiento, dividiendo la tapa en dos. Así que no, Vélez no es simpático para la mayoría de la gente. Esa gente que no se dio cuenta que Huracán hizo todo mal, planteó mal el partido, jugó a lo cagón contradiciendo su "filosofía", y Vélez aprovechó el mal arbitraje que estaba perjudicando a ambos. Esa es la diferencia entre un equipo con actitud ganadora y un equipo de mierda que tuvo una racha de 8, 9 partidos buenos, cuyos hinchas se comen el verso de un filósofo estafador. Porque cuando había que demostrar hizo agua. Cuando había que protestar, hacer quilombo, estaba duro, quieto, llorando por dentro.
Por supuesto que la cosa no quedó ahí. Huracán se quedó con la sangre en el ojo. En el Apertura de ese mismo año, Vélez le ganó a Huracán 2 a 0, con dos goles del Churry Cristaldo, uno fue un golazo de chilena. ¿Qué salió a decir Cappa? Que Vélez les ganó porque tiene más plantel que Huracán ("abrís un armario y se le cae un jugador"), desmereciendo el laburo del Tigre, que ya demostró que con un equipo desarmado y sin grandes figuras puede hacer un campañón, como en el último semestre, que quedó tercero en el torneo local y llegó a la semifinal de la Copa Sudamericana. Claro, eso no es lo que dijo unos meses antes, y eso que el plantel era el mismo. Al año siguiente en el Clausura 2010, Vélez perdió 3 a 2 contra Huracán en Parque Patricios. Patricio Toranzo marcó un gol de penal y lo festejó provocando a la hinchada de Vélez porque le había quedado la espina en el orto, y no fue expulsado. Además simuló una falta contra Moralez, que le valió al pobre Frasquito la roja. ¿Qué dijo el carilindo de Pato cuando le preguntaron los periodistas sobre la simulación? Que fue simulado y que era una revancha por lo del 2009, o sea que por lo tanto era un campión, un vivo bárbaro. La prensa no salió a censurar esta actitud de Toranzo, y como contrapartida Gareca salió a decir que en Vélez no lloramos, y qué sé le va a hacé, ya fue, perdimos. Un gesto de grandeza.
Conclusión
Con esto quiero demostrar que, evidentemente, Cappa y sus acólitos quemeros son unos resentidos que, a más de dos años de aquel fracaso, siguen con el orto ardiendo. No se van a sacar la espina jamás. Y así les va. Cuando creían que tenían la vaca atada, que eran el sexto grande y vivían recordando a Housemann, a Brindisi, a Babington, y a sus pedorros títulos en la era amateur (que aglomeraba equipos que ya desaparecieron y no incluía ni un sólo equipo fuera de Capital, Gran Buenos Aires y La Plata); se fueron a la B dos veces y se convirtieron en otro de los muchos clubes fundidos y quebrados que pululan en el ascenso. Cuando creían que habían quedado en la historia como el "campeón legítimo", el del tiki tiki, y los angelitos de la concha de la lora; se volvieron a ir a la B, y allí están, nuevamente ignorados por el fútbol grande, como desde hace treinta y pico de años. No hay más nada que agregar, si sos de Huracán mejor pegate un tiro, porque vas a llorar toda la vida. Ahora en esta última entrevista dice Cappita que ya superó el tema... pero agrega pegadito que le afanaron alevosamente, y que tiene mucha evidencia de que fue así. Bueno, amigo, vaya a la justicia, no sea salame. Porque para mí no tenés nada y no podés evitar vender humo. Es más, si es así, prefiero que nos anulen el título, porque Vélez no necesita ayuda de nadie pára dar la vuelta y ya lo demostró y lo va a seguir demostrando.
Con esto quiero demostrar que, evidentemente, Cappa y sus acólitos quemeros son unos resentidos que, a más de dos años de aquel fracaso, siguen con el orto ardiendo. No se van a sacar la espina jamás. Y así les va. Cuando creían que tenían la vaca atada, que eran el sexto grande y vivían recordando a Housemann, a Brindisi, a Babington, y a sus pedorros títulos en la era amateur (que aglomeraba equipos que ya desaparecieron y no incluía ni un sólo equipo fuera de Capital, Gran Buenos Aires y La Plata); se fueron a la B dos veces y se convirtieron en otro de los muchos clubes fundidos y quebrados que pululan en el ascenso. Cuando creían que habían quedado en la historia como el "campeón legítimo", el del tiki tiki, y los angelitos de la concha de la lora; se volvieron a ir a la B, y allí están, nuevamente ignorados por el fútbol grande, como desde hace treinta y pico de años. No hay más nada que agregar, si sos de Huracán mejor pegate un tiro, porque vas a llorar toda la vida. Ahora en esta última entrevista dice Cappita que ya superó el tema... pero agrega pegadito que le afanaron alevosamente, y que tiene mucha evidencia de que fue así. Bueno, amigo, vaya a la justicia, no sea salame. Porque para mí no tenés nada y no podés evitar vender humo. Es más, si es así, prefiero que nos anulen el título, porque Vélez no necesita ayuda de nadie pára dar la vuelta y ya lo demostró y lo va a seguir demostrando.
En un momento, luego de la final, Cappa diría "Vélez jamás podrá jugar como jugó ese Huracán del 2009", lo que demuestra que este viejo choto no sabe nada de fútbol, porque la historia quiso que se trastocaran los papeles y Vélez pasó a ser el equipo del juego vistoso según la prensa, ante el Estudiantes "picapiedras" de Sabbella (para mí no era así, pero bué) en el Apertura 2010. Y al año siguiente se coronaría campeón del Clausura, derrochando buen fútbol en todas las canchal país y del continente, de la mano del Burrito Martínez, de Maxi Moralez, de Ricky Álvarez, de Augusto Fernández, de Santiago Silva. Más bien podríamos decir, y en esto sí podemos estar seguros: Huracán jamás va a jugar como el Vélez de Gareca. Con solidez, con atitud ofensiva, con juego cuando se necesita y con huevos cuando hace falta.
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